lunes, 15 de octubre de 2007

Caído del cielo

A nuestros amigos de Calpe, Els Poblets, Beniarbeig, Oliva y Vergel se les cayó el cielo negro encima. No les valen ahora palmadas en la espalda y ayudas , que agradecen, pero no son suficientes.
Se han quedado sin casa, sin vida pasada.
A empezar de nuevo y sobre terreno seco, donde pisar firme y, sobre todo, quitarse el miedo de mirar al cielo por si la negrura anuncia que los ríos renacen y los aborda la desolación de cañaverales abandonados.
Es cierto que es un hecho histórico y penoso, dificilmente previsible a pesar de todas las técnicas del mundo pero sí hay, permitidme que lo diga aquí, una negligencia y un despreción a la previsión.
Quien cubre la tierra con cemento y edifica debería saber que el agua ya no cala donde calaba y corre hacia abajo buscando su salida y si en su frenética bajada un cañaveral abandonado le hace presa el agua la superará con un estruendo atroz, llevándose por delante, eso, la vida pasada de muchos.
Queridos amigos.

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