viernes, 20 de julio de 2007

Mártires

La Real Academia en un sutil alarde de pluralidad y democrático afán modifica en su vigésima tercera edición las acepciones posibles de la palabra “mártir”.

A saber:
1.Persona que padece muerte en defensa de su religión.
2.Persona que muere o sufre grandes padecimientos en defensa de sus creencias o convicciones”.


La Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación de la Memoria Histórica, proyectó un monumento en forma de paloma de la paz, que los alicantinos y todos los españoles deben a los republicanos cautivos en el puerto de Alicante durante los últimos días de la fratricida guerra civil española.

La leyenda que identifica este memorial reza : “Aquí , en el puerto de Alicante, se perdieron las libertades y esperanzas de la República. Fue el 31 de marzo de 1939. En su memoria y en la de todos los republicanos , levanta de nuevo el vuelo esta paloma”.

Esta “Paloma de la Paz” no es de cualquiera sino de Eusebio Sempere, al que el Patronato Provincial de Cultura del Ayuntamiento de Alicante cita como “el artista alicantino más internacional”, Hijo predilecto de la ciudad de Alicante, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Alicante y, también, Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Un gran monumento.

Con los debidos escritos dirigidos tanto al gobierno de la ciudad, matasellados y no contestados como también , a la Autoridad Portuaria de Alicante, que fue la única que se dignó recibir a la Comisión Cívica, y con la cual se mantuvo una reunión en la que la “excusa” aportada por el técnico portuario , el señor Mario Flores anda ya en otras lides, es que el texto de la placa “Era de todo menos amigable”.

¿Amigable?

No se trata de “abrir viejas heridas” como dicen desde el consistorio , ni de enemistar como dicen en la Autoridad Portuaria, se trata, en cambio , de recordar un hecho tangible, veraz, corroborado por los más prestigiosos hispanistas del mundo. El puerto de Alicante, lo queramos o no fue ,el último reducto de la constitución elegida democráticamente por todos los españoles el 14 de abril de 1931. Luego “cautivos y desarmados” estos mártires se vieron en el puerto de nuestra ciudad bajo los objetivos de la división fascista italiana Littorio al mando de Gambara.

Es lo que es.

Es loable, por otro lado, que el arzobispado , e incluso la Santa Sede, considere mártires a los párrocos y religiosos asesinados durante aquel período. Los republicanos masacrados no tienen Santa Sede pero sí compañeros con memoria. Luego , digamos que , no hay un español que beatifica y otro que recuerda , españoles somos y tenemos todos el mismo derecho sagrado y constitucional de engrandecer la memoria.

Recuperar la memoria es un deber del presente y un derecho del ausente, mártires republicanos o religiosos.

Lo que me parece totalmente abrir nuevas heridas es que el poder político intervenga tan descaradamente partidario.

Mientras en nuestro Alicante, o mejor, en el Alicante del PP, no hay respuesta al permiso, sólo al permiso , pues sufragado económicamente ya está y donada la escultura por los herederos de Eusebio Sempere, también, para levantar el monumento a los mártires de la democracia, a los mártires republicanos en la Valencia de los Valencianos, o mejor, en la Valencia del PP , el ayuntamiento del PP ceda un terreno , la antigua fábrica de la Cross, para levantar una Parroquia Santuario de los Beatos Mártires Valencianos, siendo como es la cúpula del PP la que aborrece de la Ley para la Recuperación de la Memoria Histórica propuesta por el Gobierno democráticamente elegido por los españoles.

En pocas palabras.

Que radicalismos los hubo es una verdad corroborada por todos los historiadores, aberraciones, también, pero mientras la iglesia llevaba bajo palio al insurrecto caudillo fascista durante cuarenta años, el consistorio alicantino lo nombraba hijo adoptivo de la ciudad y medalla de oro de la misma (otorgada por el alcalde Fernando Flores en 1966), medalla que también regaló nuestra ciudad, aunque parezca mentira, al barón Von Knobloch, cónsul de Hitler en Alicante; mientras el número de mártires republicanos legales aumentaba hasta alcanzar cifras de genocidio.
Cerremos pues heridas de la memoria, que cicatricen por fin las sangrantes y ofrezcamos al futuro una lección.

Recuperemos la memoria, pero toda ella.