martes, 30 de diciembre de 2008

El Gotero - Enrique Cerdán Tato

EL GOTERO
ENRIQUE CERDÁN TATO



Se le iba floreciendo la sangre de ácido oleaginoso y bajo la lengua guardaba adn el trepidante sabor de un Tschaikowsky, encapsulado en las arterias. Que carne la suya tan sobada de agujas. Ahora tenía en el pecho seis dalias en vuelo: las huellas de las seis ventosas con las que una máquina de la suerte le había descubierto, en el corazón, toda una arqueología de amores escolares, tiernos y olvidados.

El enfermo sonrió, cuando los sanitarios, con un gesto típico, levantaron en la percha más airosa aquella bolsa de plástico, que había de endulzarle, gota a gota, la vida arrebatada.

El enfermo sabría que, en ese mismo punto, se iniciaba el juicio de Dios: era como si al paladín, su dama le enlazara el pañuelo de violetas, en el extremo de la lanza.

Y era también la estrella de Oriente: tras la bolsa de plástico y para llenársela de incienso, mirra y solinitrina, acudirían los magos de la reparación y el vademécum y las vestales de la enfermería. Más tarde, un excelente piloto de fórmula uno, discretamente enmascarado de celador, lo condujo hasta las oscuras galerías donde le radiografiaron la nicotina, el alquitrán y alguna otra cosa de las que pone la condición humana. Por último y a la espera de la analítica, lo depositaron en un boa, sin litografías bíblicas ni láminas de laboratorios farmacéuticos. En aquel espacio refrigerado y ascético, el enfermo tuvo un piadoso recuerdo para sus compañeros de infortunio que habían colocado, y no precisamente por devoción, algunas de sus visceras y toda su paciencia en la barbacoa del Hospital General.

El enfermo recordaba que, cuando ingresó en el Clínico, el día se achicharraba en la puerta de las urgencias. Pero no tuvo que sufrir aquella intemperancia. Todo fue bien, en tanto permaneció en su habitáculo. Luego, le avisaron de que sus enzimas estaban perfectamente y lo trasladaron a la planta de cardiología. Y allí, sí, allí, cuantas recomendaciones le habían administrado, con el tranxilium, se evaporaron. Ni tranquilidad, ni silencio, ni sueño. Junto a él, un paciente en estado delicado, burbujeaba en un oxígeno ruidoso y vital, en tanto un trajín de carreras, empezaba a alterarle los pulsos. A las tres de la madrugada mantuvo un diálogo socrático con un joven médico, y decidió que estaba de más en aquel establecimiento.

El joven médico le dijo al enfermo que era ácido. Con la misma amabilidad, el enfermo le replicó al joven médico que tan sólo expresaba la acidez que había recogido allí, en tan breve instancia.

Sobre las diez de la mañana y después de que le hubieran practicado otra analítica que confirmo la solidez de sus enzimas, y a pesar de las advertencias que se le hicieron para que permaneciera en aquel centro unos días más, el enfermo solicitó el alta voluntaria. Le pedían lo imposible y se lo dijo al médico. Le dijo que abandonaba aquel hospital en busca de su salud.

Cuando arriaban el gotero, casi marcialmente, el enfermo sonrió. Afuera estaba la vida, el sofoco del verano, el tráfico enloquecido y otras posibilidades clínicas. Y ya ven, el enfermo que hace quince años quería socializarlo todo, se marchó a un sanatorio privado. Lo atendieron, lo durmieron y cuando se despertó, empezó a escribirle una carta a Ximo Colomer. Que no se tiren por el retrete tantos sudores, le pide en un párrafo que he tenido ocasión de leer y que termina: socializar, lo que se dice socializar, sólo se ha socializado el conformismo y el silencio.



(*)Escr¡tor. Cronista Oficial de la ciudad de Alicante
y Premio de las Letras Valencianas.

El todo coleccionista

Ya cuando era niño era aficionado a coleccionar prácticamente de todo, el todo-coleccionista. Tenía amigos que sólo coleccionaban cromos, o sólo cómics, o sólo sellos, o sólo billetes. Yo lo coleccionaba todo.
Debe de haber en algún sitio algún ensayo escrito sobre esta afición, seguro. Coleccionar algo es, al fin y al cabo, algo muy común. ¿ Quién no colecciona algo ?. Supongo, me digo, que el que no tiene nada no tiene ni colección de nada.
Lo primero que coleccioné, lo recuerdo bien, fueron botones, de todos los tipos, de todos los tamaños, de todos los colores, de cualquier sitio. De la sala de costura de mi abuela recogía gran cantidad de ellos. Los había incluso triangulares, cuadrados, octogonales, forrados en tela, de pasta, incluso de madera. Mis preferidos eran los triangulares con tres ojos. recuerdo que en una ocasión le robé uno a mi profesor de ciencias. Dejó su bata colgada en el perchero de cuatro brazos de la clase, esperé a que todos salieran y arranqué uno. Eran de nácar, cuadrados, con cuatro ojos, brillantes y del tamaño de una nuez.
Mi colección de botones no tenía parangón entre mis iguales. Pero nunca los enmarqué ni los archivé en carpetas los tenía, como debía ser, amontonados en una caja de zapatos. Cuando ya mi caja quedó pequeña, mi padre me ofreció un hueco en su estudio, en el torreón de la casa, junto a sus libros y me regaló una caja de madera preciosa. De ahí salió me segunda colección.
Me resultaba irresistible , en cuanto caía cerca una caja , mejor de madera que de cartón, la guardaba, vacía, por supuesto. Llegué a tener unas doscientas, la mayoría de tabacos, de los puros que le regalaban a mi padre y que luego no fumaba. Las vitolas también fueron mi perdición. Llegué a tener toda la colección de reyes godos impresos sobre vitolas de puros.
Claro que coleccioné cromos, como todos, pero no tenían el encanto de los botones, ni mucho menos.
Fui ganando espacio en el torreón para mis colecciones.
Esa habitación de la casa fue , día a día, más mía. Compartía las tardes con mi padre y mientras él escribía de sus cosas y sus artículos, yo me dedicaba a contar , clasificar y admirar mis colecciones.
Me encantaba ver a mi padre escribir mientras escuchaba su música.
Un día pensé en coleccionar matrículas de coches. Y anotaba en un libro de tapas duras de cartón , el número de serie, la población y el modelo de coche que las tenía. Reconozco que fue una colección ardua pero presumo de tener censados todos los coches que pasaban junto a la valla de nuestra casa y alguno que cacé mientras viajábamos fuera de la ciudad.
Me negué siempre a coleccionar seres vivos. No pude, nunca, coleccionar mariposas, insectos, o caracoles , como hacía Toni.
Tuve , también, una estupenda colección de comics. Fue una de las más atractivas hasta que la abandoné por mi colección de libros , esa dura hasta hoy. Con la diferencia de que hoy los coleccionó con la firma del autor, a poder ser.
Conforme avanzaba mi vida coleccioné años y escenas de mis días. Casi sin darme cuenta comencé a coleccionar desengaños, tristezas, algunas alegrías, eso también, aunque la colección era complicada de completar, o al menos eso creí.

lunes, 29 de diciembre de 2008

SANTOS INOCENTES

Desgraciadamente la noticia de ayer sólo fue una inocentada.

domingo, 28 de diciembre de 2008

EL PP DE ALICANTE RETIRA LOS HONORES CONCEDIDOS A FRANCO

Tal y como aparece en las actas del Pleno Municipal de Ayer, el PP, por fin, a cumplido la Ley de la Memoria Histórica y ha aprobado por mayoría aplastante la retirada de todos los títulos concedidos al dictador y a su familia (incluyendo el título de Almendro en flor de Dª Carmen Polo de Franco).

Ha sido un pleno de concordia en el que, por fin, hemos visto la cara real , amable, dialogante y democrática tanto de nuestra Alcaldesa como de todo su equipo de gobierno, incluída la concejal de estética ciudadana que aún levaba puesta la camiseta de GUAPA, GUAPA, GUAPA. (parece ser que nadie le había dicho que ya no hacía falta llevarla a los plenos).

En fin, una lucha que acaba gracias al talante de nuestros municipies. EL PSPV, por su parte, ha declarado ignorar que este punto se trataría en el pleno pero que aún así, lo celebra igualmente.

Empezamos bien el año.

martes, 11 de noviembre de 2008

Las apariencias engañan


Esto no es lo que parece.

En un lugar cerrado no pueden estar comprobando si llueve.
En esta estupenda fotografía de Antonio Amorós aparecida en el Diario Información de hoy podemos ver al presidente de la Diputación Provincial de Alicante D. Joaquín Ripoll saludando a los militantes del PP que celebraban su victoria en la sede provincial del PP acompañado de su mujer y de sus hijos

viernes, 7 de noviembre de 2008

Mario Benedetti - Pausa

De vez en cuando hay que hacer
una pausa.
Contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana.
Examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa
y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades.

sábado, 25 de octubre de 2008

La democracia según Sonia Castedo

La alcaldesa de Alicante Dª Sonia Castedo insiste en que son necesarias 25000 firmas para retirarle los títulos honoríficos al Dictador Francisco Franco como si por la espalda la mano de su antecesor le moviera los labios en un alarde de ventriloquismo ideológico.

Ella que precisamente ocupa el cargo que ocupa aprovechándose de vericuetos poco o nada democráticos (no fue el pueblo sino el dedo de Alperi quien la nombró Alcaldesa) hace un alarde de respeto a una mal entendida Democracia que no es otra que la que entiende el PP, y así nos va.

Valga como ejemplo la falta de entidad y valor que se le otorga a las Cortes Generales que son, por definición, la representación democrática del pueblo por la demócrata alcaldesa.

La Ley de la Memoria Histórica se publicó en el Boletin Oficial del Estado, es decir ese diario en el que se pone en conocimiento de todos lo que nuestros representantes aprueban o deniegan, y refrendada por el Jefe del Estado, que si bien fue impuesto luego fue confirmado por el propio pueblo español.


JUAN CARLOS I
REY DE ESPAÑA

A todos los que la presente vieren y
entendieren.
Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado y Yo vengo en
sancionar la siguiente Ley



El PP de Alicante, o mejor, la alcaldesa de Alperi ni la vio ni la entendió.

La democracia de Dª Sonia Castedo es un juego de la oca.


jueves, 23 de octubre de 2008

La Memoria Histórica de Alicante en el programa CAIGA QUIEN CAGIA



Nuestra alcaldesa en una situación muy común últimamente para su predecesor, entrando en los juzgados.
Hace unas semanas los reporteros de Caiga quien caiga se desplazaron hasta Alicante para interesarse por la situación de la Memoria Histórica en nuestra ciudad ya que les habían llegado noticias (a través de los siempre activos amigos de Alicante Vivo) de que en Alicante no está permitida la Memoria y mucho menos la Histórica.
Después de charlar con algunos miembros de la Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación de la Memoria Histórica se dirigieron con el desparpajo que les caracteriza a entrevistar a la musa de Camps, a la santificada por Alperi, Dª Sonia Castedo.
El resultado promete ser del todo interesante.
Recordad hoy jueves 23 de Octubre a las 22:15 en La Sexta, Caiga quien Caiga
entrevista a Dª Sonia Castedo.



Nuestra alcaldesa en su gesto más habitual

miércoles, 17 de septiembre de 2008

La moral de la tropa

Nunca se ganó batalla alguna sin que antes se tuviera en cuenta la moral altanera de las tropas, al menos cuando las batallas se libraban en los campos propios al efecto y no en los despachos.
La moral de la tropa, entendiéndose por tropa a todos aquellos que no nos sentamos en los bancos decisorios del poder, es, digo, el barómetro exacto para cuantificar situaciones concretas de la realidad social y que viene a ponerse a la vista tanto de la tropa como de los capitanes, entendiendo por estos a los que mandan , con artículos de opinión, cartas al director en los periódicos, movimientos asociativos y, por supuesto, ese invernadero de cultura que son los blogs o diarios personales o grupales.
Así cuando esta ciudad nuestra parecía estar en estado pre-catatónico y en lo que parecían sus últimos estertores mortales, como consecuencia de los movimientos faltos de control y consciencia de las convulsiones propias golpeó sin piedad recuerdos que constituían su propia historia.
Esto que se describe no es una escena que durara días, ni meses sino años. La agonía fue lo peor pues no vino de un solo frente sino que la enfermedad que parecía sólo de un color venía ya decolorada de gobiernos anteriores.
Justo antes de exhalar, la moral de la tropa sin arenga premeditada , sin capitán que la capitaneara, es decir, por propia iniciativa ,cosa que ocurre en contadas y por tanto memorables ocasiones, comenzó a ganar esa batalla a la muerte y lucha encarnizadamente, con un trabajo duro que empieza a dar frutos que saben a gloria. De la casi muerte Alicante ha despertado a golpes de entusiasmo de grupos de jóvenes que, siguiendo la estela de otros ya no tan jóvenes físicamente, han arreado un severo golpe a la muerte de esta ciudad entre la desidia y el olvido.
Así , curiosamente, surgió la Asociación Cultural Alicante Vivo que no fueron los primeros en pensar que Alicante se moría pero sí los primeros en decirlo y los primeros en reaccionar, los primeros en aplicar un tratamiento de choque y lo están haciendo con verdadera entrega , seriedad y rigurosidad, se han convertido en cronistas de esta ciudad y en conociendo las crónicas se inhala aire fresco a los pulmones y Alicante se despierta. Son jóvenes que han bebido de las fuentes inagotables como son las de Miguel Hernández, Rafael Altamira, Enrique Cerdán Tato, Francisco Moreno, y han comido del pan de su propia tierra, la que heredaron de sus padres y la que piensan dejar en herencia a sus hijos.
Lucha también con fuerza la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas que viene con experiencia y conocimiento de los vericuetos jurídicos y burocráticos mientras al amparo de sus inquietudes se mantiene ojo avizor , dedo y pluma acusadores cuando la causa y el encausado lo merecían. Son , digamos, un grupo de la tropa que no necesita capitán y mucho menos arenga pues se valen ellos para arengarse propiamente y atinar en la denuncia de todo lo que suponga un daño irreversible para la sostenibilidad, la decencia y la ciudad.
Y uno en solitario forma tropa también y así la sección de cartas al director que es, sin duda, una de las secciones más leídas de un periódico, ha pasado de tratar denuncias de hechos locales, quejas casi personales a enfrentamientos dialécticos con temas profundamente comunes a toda la tropa y siempre con el ánimo pendenciero de lanzar el guante al alcalde que nunca quiso enfrentarse cara a cara con esta parte de la ciudadanía que despreció siempre.
Y lo que los capitanes debían haber hecho lo hace la tropa.
Si , por ejemplo, el monumento al insigne alicantino doctor Rico ha estado durante años decapitado y pintarrajeado ha tenido que ser la Asociación Cultural Alicante Vivo la que salte la barricada y armados de homenajes nos saquen las vergüenzas a todos los que callamos claro que los capitanes invitados al acto declinaran su asistencias para cubrir otros flancos que si no tuvieran abiertos los abrieron para excusarse.
Es ahora tiempo de agradecer a esta tropa que lucha con altivez conquistando imposibles y de rogar en lo posible para que no caigan en el desencanto que el tiempo y los capitanes suelen imponer por falta, sin duda, de educación.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Mejor blog en español


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Alperi dimite


Alperi se ha ido y lo ha hecho de la misma manera y motivo por los que rotuló una calle a nombre del Mesonero Lucio, por sus huevos.


Era un hecho cantado y avisado por él mismo hace ya unos meses, el mismo día en el que digitalmente Sonia Castedo se convertía en la futura alcaldesa de Alicante (triste manera , por cierto, de acceder a la alcaldía de una ciudad).


Admitir que Alperi es el alcalde que más legislaturas ha gobernado pase pero de ahí a elevarlo a los altares de ser el mejor alcalde de la historia de Alicante por ahí no, por ahí no pasamos. Quizás habría que recordarle al Sr. Camps, y al señor Costa la ilustre nómina de alcaldes que pasaron por el sillón de este Ayuntamiento ante los cuales el sr. Alperi se queda en mero aprendiz (con algún suspenso y varias causas pendientes) y supone una falta de respeto absoluta hacia los alicantinos que conocemos y respetamos nuestra historia.


Ni siquiera los votantes del PP eligieron a Sonia Castedo como alcaldesa, ni siquiera el propio PP de Alicante ha tenido la oportunidad de opinar, estamos ante la última alcaldada del Señor Alperi, dueño y señor de estas tierras que hace y deshace a su antojo.


La primera mujer alcaldesa de nuestra ciudad es elegida a dedo y no democráticamente. Si el ilustre Dr. Rico , demócrata como nadie, levantara la cabeza, montaría en cólera y diría las verdades como nadie.


Pena de ciudad.

martes, 9 de septiembre de 2008

La estética en el escritor alicantino

La estética en el escritor alicantino
Memoria y vicisitud de la iniciación a una estética o como las uvas que reviven en el vino profano
Enrique Cerdán Tato
"Con los cincuenta cuesta abajo, los más jóvenes nos sabíamos de tirón la lista de los reyes godos, la de los novelistas de la «generación perdida» y la de los autores del sello editorial Finaudi. Que lo diga si no Dámaso Santos, entonces director del diario «Información», que nos inventarió de innovadores y revolucionarios, se entiende que en lo estético y estilístico, que nos tomó el pulso de nuestras lecturas y que nos largó algún que otro capotazo, en circunstancias poco propicias y siendo como era o parecía hombre de ideas afectas, aunque nada intolerantes. Él criticaría con ánimo y solvencia, mi novela corta «Un agujero en la luz», que en 1957, se llevó el «Gabriel Miró», en «Pueblo» y en «La Hora», semanario que dirigía Gabriel Elorriaga, y en el cual publiqué un par de narraciones, seguramente bajo la mirada benévola de Franz Kafka.

Tiempo, insisto, de sorprendentes zozobras: Blas de Otero nos abrumó con sus silencios y alarmó a mi madre, cuando pasó dos días en casa, con su ausencia; en tanto Buero Vallejo me dejaba una escalera de trajines y una posterior carta de ley. Con Torrente Ballester supe de la entereza, en un itinerante diálogo, por el Postiguet. Y con Ignacio Agustí, tan retraído y certero. Y con Dolores Medio y su hermana Teresa, profesora en mi ciudad, y con quienes me despaché más de una fabada. Y con Tomás Salvador. Y con Alfonso Sastre. Y con Lauro Olmo. De su mano, de la mano de Lauro Olmo, y de la de Pepe Hierro, subiría al Aula Pequeña del Ateneo de Madrid, un jueves de noviembre del 57, para proceder a la lectura de mis últimos relatos, precedida de una lacónica charla, ante un auditorio de especialistas. Luego me iría, con parte de aquel auditorio, a la tertulia de Concha Lagos. Allí estaban Gerardo Diego completando su laboriosa e incompleta biografía, y Vicente Aleixandre atento al vasto dominio de la palabra. Y muchos otros, con el vino y el verso tan afilado de la madrugada. "
Puedes leer el texto completo en la página de la Cervantes Virtual

lunes, 8 de septiembre de 2008

El viejo y el mar

Tal día como hay en 1952 se publicaba "El viejo y el mar" de Ernest Hemingway. Hoy es un buen dia para celebrarlo.


"Era un viejo que pescaba solo en un bote en la corriente del Golfo y
hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez. En los primeros cuarenta días
había tenido consigo a un muchacho. Pero después de cuarenta días sin haber
pescado , los padres del muchacho le habían dicho que el viejo estaba definitiva
y rematadamente salao lo cual era la peor forma de la mala suerte ; y por
orden de sus padres , el muchacho había salido en otro bote, cogió tres buenos
peces la primera semana.


Entristecía al muchacho ver al viejo regresar todos los días con su bote
vacío , y siempre bajaba a ayudarle a cargar los rollos de sedal o el bichero y
el arpón y la vela arrollada al mástil. La vela estaba remendada con sacos de
harina y, arrollada, parecía una bandera en permanente derrota"



martes, 2 de septiembre de 2008

Retrato. Antonio Machado

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último vïaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

Homenaje al Dr. Rico


La Asociación Cultural Alicante Vivo organiza para el próximo domingo día 14 de septiembre, el "I HOMENAJE AL DOCTOR RICO. 2008".
Se trata de un sencillo acto destinado a la concienciación ciudadana, política e institucional sobre la figura de este ilustre alicantino y el pésimo estado de conservación de su monumento.
El homenaje dará comienzo a las 12:00 en el Tossal, junto al desaparecido parque de tráfico, en el Parque Ruiz de Alda.Esperamos contar con su participación y asistencia.
Puedes visitar el mejor blog sobre Alicante pinchando en http://www.alicantivo.org

miércoles, 27 de agosto de 2008

Alperi y la desmemoria histórica

El 28 de marzo de 1939, mientras las tropas franquistas tomaban Madrid, un barco ingles, el Stanbrook, se hacía a la mar en Alicante con 500 refugiados a bordo. Alicante se convirtió en el último bastión republicano de la Guerra Civil española. En el puerto se agolpaban vecinos de la ciudad, soldados llegados del frente, campesinos cargados con maletas, baúles e, incluso, aperos de labranza, fugitivos procedentes de Murcia y Albacete, más de 20.000 refugiados que sólo les mantenía en pie la esperanza de ser rescatados por buques enviados por Francia o Gran Bretaña.

Pero los barcos no llegaron y los que fueron avistados viraron en redondo ante la magnitud de la empresa humanitaria a la que debían enfrentarse. Incluso la Mid-Atlantic, formada con dinero de la República española y con sede en Marsella, no quiso arriesgar sus barcos ante la eventualidad de posibles avalanchas. Después de los intensos bombardeos, Alicante se había convertido en una ciudad fantasmal.

Nadie quería caer en manos de la sangrienta dictadura que se avecinaba de la mano de Francisco Franco. Pero la suerte estaba echada. Los que no murieron bajo las balas de los tiradores agazapados en la línea de edificaciones, los que no optaron por el suicidio, extendido como una epidemia, fueron capturados y concentrados en la Plaza de Toros, en el cine Ideal y el Campo de los Almendros. En el campo de concentración de Albatera, abierto el 11 de abril de 1939, los prisioneros que no fueron fusilados se vieron sometidos a todo tipo de torturas y humillaciones, cuando no entregados directamente a los falangistas, que venían de todos los puntos de España, a "cazar" presos conocidos por ellos para fusilarlos en los alrededores del campo. A la luz de los hechos, resulta vergonzoso que Francisco Franco siga ostentando en el Ayuntamiento de Alicante la distinción de hijo predilecto desde 1940, la medalla de oro concedida en 1966 y el título de alcalde honorario perpetuo en una situación a todas luces ilegal.

La Ley de la Memoria Histórica establece, en su artículo 15.1, que las Administraciones públicas "tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura". Sin embargo, el alcalde Luis Díaz Alperi parece no querer enterarse.En el pleno municipal del pasado 22 de febrero, el PSPV-PSOE presentó una moción para que el Ayuntamiento aplicara la Ley y anulara las distinciones honoríficas concedidas a Francisco Franco durante la dictadura. Luis Díaz Alperi, alcalde de Alicante, respondió exigiendo la recogida de 25.000 firmas para poner en práctica la moción socialista. En abril, el Síndic de Greuges admitió a trámite la denuncia de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC) de Alicante contra el alcalde, también enviada al Defensor del Pueblo, por supeditar la aplicación de la Ley al requisito de la recogida de firmas no contemplado en la misma. Luis Díaz Alperi, después de cuatro meses, se ha amparado en la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, para justificar, en un escueto escrito de siete líneas, su posición.

La postura obstruccionista de Luis Díaz Alperi evidencia su filiación con el pasado franquista, es fiel a la estrategia de los poderes públicos del Partido Popular en la Generalitat Valenciana de boicotear las iniciativas del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, avaladas, con las modificaciones oportunas, por el del Parlamento español y falta al respeto de las víctimas inocentes de la Guerra Civil y el subsiguiente régimen de terror impuesto por el sistema franquista.

Mientras que la moción del PSPV-PSOE y la denuncia del la PIC se inscriben en la legislación vigente, y responden a la deuda moral contraída con las mujeres y hombres que mantuvieron el régimen democrático y republicano, la posición de Díaz Alperi está anclada en la ola neoconservadora interesada en buscar justificaciones al régimen franquista.

La madurez democrática de una sociedad depende de la comprensión y el control de su propio presente para asentar sobre él un futuro digno basado en la realización de los derechos humanos; pero ello sólo es posible si una memoria integrada en el principio de justicia destierra el intento de conservar el pasado tergiversado. Una sociedad democrática no es compatible con el mantenimiento de distinciones honoríficas a uno de los dictadores más sangrientos del siglo XX. Conseguir que estas distinciones sean eliminadas es un ejercicio de entereza democrática.

Francisco Javier Segura Jiménez es profesor de Historia.
Diario Informacion, 27-08-2008

Alperi y la desmemoria histórica

El 28 de marzo de 1939, mientras las tropas franquistas tomaban Madrid, un barco ingles, el Stanbrook, se hacía a la mar en Alicante con 500 refugiados a bordo. Alicante se convirtió en el último bastión republicano de la Guerra Civil española. En el puerto se agolpaban vecinos de la ciudad, soldados llegados del frente, campesinos cargados con maletas, baúles e, incluso, aperos de labranza, fugitivos procedentes de Murcia y Albacete, más de 20.000 refugiados que sólo les mantenía en pie la esperanza de ser rescatados por buques enviados por Francia o Gran Bretaña.

Pero los barcos no llegaron y los que fueron avistados viraron en redondo ante la magnitud de la empresa humanitaria a la que debían enfrentarse. Incluso la Mid-Atlantic, formada con dinero de la República española y con sede en Marsella, no quiso arriesgar sus barcos ante la eventualidad de posibles avalanchas. Después de los intensos bombardeos, Alicante se había convertido en una ciudad fantasmal.

Nadie quería caer en manos de la sangrienta dictadura que se avecinaba de la mano de Francisco Franco. Pero la suerte estaba echada. Los que no murieron bajo las balas de los tiradores agazapados en la línea de edificaciones, los que no optaron por el suicidio, extendido como una epidemia, fueron capturados y concentrados en la Plaza de Toros, en el cine Ideal y el Campo de los Almendros. En el campo de concentración de Albatera, abierto el 11 de abril de 1939, los prisioneros que no fueron fusilados se vieron sometidos a todo tipo de torturas y humillaciones, cuando no entregados directamente a los falangistas, que venían de todos los puntos de España, a "cazar" presos conocidos por ellos para fusilarlos en los alrededores del campo. A la luz de los hechos, resulta vergonzoso que Francisco Franco siga ostentando en el Ayuntamiento de Alicante la distinción de hijo predilecto desde 1940, la medalla de oro concedida en 1966 y el título de alcalde honorario perpetuo en una situación a todas luces ilegal.

La Ley de la Memoria Histórica establece, en su artículo 15.1, que las Administraciones públicas "tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura". Sin embargo, el alcalde Luis Díaz Alperi parece no querer enterarse.En el pleno municipal del pasado 22 de febrero, el PSPV-PSOE presentó una moción para que el Ayuntamiento aplicara la Ley y anulara las distinciones honoríficas concedidas a Francisco Franco durante la dictadura. Luis Díaz Alperi, alcalde de Alicante, respondió exigiendo la recogida de 25.000 firmas para poner en práctica la moción socialista. En abril, el Síndic de Greuges admitió a trámite la denuncia de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC) de Alicante contra el alcalde, también enviada al Defensor del Pueblo, por supeditar la aplicación de la Ley al requisito de la recogida de firmas no contemplado en la misma. Luis Díaz Alperi, después de cuatro meses, se ha amparado en la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, para justificar, en un escueto escrito de siete líneas, su posición.

La postura obstruccionista de Luis Díaz Alperi evidencia su filiación con el pasado franquista, es fiel a la estrategia de los poderes públicos del Partido Popular en la Generalitat Valenciana de boicotear las iniciativas del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, avaladas, con las modificaciones oportunas, por el del Parlamento español y falta al respeto de las víctimas inocentes de la Guerra Civil y el subsiguiente régimen de terror impuesto por el sistema franquista.

Mientras que la moción del PSPV-PSOE y la denuncia del la PIC se inscriben en la legislación vigente, y responden a la deuda moral contraída con las mujeres y hombres que mantuvieron el régimen democrático y republicano, la posición de Díaz Alperi está anclada en la ola neoconservadora interesada en buscar justificaciones al régimen franquista.

La madurez democrática de una sociedad depende de la comprensión y el control de su propio presente para asentar sobre él un futuro digno basado en la realización de los derechos humanos; pero ello sólo es posible si una memoria integrada en el principio de justicia destierra el intento de conservar el pasado tergiversado. Una sociedad democrática no es compatible con el mantenimiento de distinciones honoríficas a uno de los dictadores más sangrientos del siglo XX. Conseguir que estas distinciones sean eliminadas es un ejercicio de entereza democrática.

Francisco Javier Segura Jiménez es profesor de Historia.
Diario Informacion, 27-08-2008

martes, 26 de agosto de 2008

Otra condena al Alcalde

Tras la lectura de las declaraciones del alcalde de Alicante, publicadas en este diario recientemente y referentes a que la llamada Ley de la Memoria Histórica «no contiene ningún mandato imperativo acerca de la cuestión planteada», es decir, de la retirada de los títulos honoríficos concedidos al dictador y la de los símbolos y exaltaciones del franquismo, la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica condena, una vez más, su reiterada y falaz argumentación, y le invita a reflexionar sobre sus propias palabras y a rectificar públicamente sus impertinentes afirmaciones, tanto en su condición de ciudadano, como, muy en particular, en la que ahora ostenta, transitoria y circunstancialmente, de presidente de la corporación municipal. En una y otra, su conducta debe ser escrupulosamente respetuosa con la legislación vigente y con los valores y principios democráticos que informan a nuestra sociedad.

Situarse al margen del cumplimiento de la ley, y pretender burlarla o diferirla, con amaños y subterfugios, no supone más que un suicidio político, un mayor deterioro de su imagen o un malogro infiltrado en alguna urna.

El señor Alperi debería seguir los consejos del presidente de su partido, señor Rajoy, quien insiste en que las leyes -todas, sin excepción- están para observarlas y acatarlas, y mirarse en el espejo del pleno del Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig -o en otros municipios, igualmente vecinos-, cuya alcaldesa, también del PP, convocó, meses atrás, para retirarle al dictador el nombramiento de hijo adoptivo, después de solicitar un informe jurídico, en el que se hace constar el carácter imperativo de la Ley 52/2007, conocida como Ley de la Memoria Histórica: decididamente imperativa y no potestativa y aún menos manipulable. Ley que en su artículo 15 establece que: «Las administraciones públicas en el ejercicio de sus competencias tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o colectiva de la sublevación militar, de la guerra civil y de la represión de la dictadura», por lo que, en aplicación de la misma, procede la retirada- y posterior anulación, por nuestro actual Ayuntamiento constitucional, de las diversas distinciones honoríficas otorgadas al dictador, por corporaciones sumisas al mismo, así como a otros individuos implicados en los supuestos que más arriba se han relacionado.

La Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica emplaza nuevamente al alcalde para que se retracte de sus evasivas declaraciones habituales y actúe por imperativo no sólo del mandato legal, sino también por la responsabilidad de un cargo democrático, que nadie ni nada debiera empañar.

Por la Comisión Cívica:
Fernando Trives, Daniel Moya, Antonio Martín Lillo, Óscar Llopis, Miguel Mauri, Manuel Parra, Luis Pesquera, Cerdán Tato y otros

lunes, 25 de agosto de 2008

Aquí la tierra, ¿hay alguien?

Ante las últimas declaraciones del acalde de Alicante en cuanto a que la ley 52/2007 “por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura” a él no le obliga, ha surgido en la sección de cartas al director del Diario Información una discusión en cuanto a los símbolos fascistas y nomenclátor alicantino cuya retirada se ve obligada por dicha Ley. Ley que , por cierto, ha sido aprobada por las Cortes Generales y sancionada por S.M. El Rey y que como tal Ley, obliga a todo aquel “que la viere y entendiere”.

Como bien decía Miguel Angel Pérez Oca (véase carta 21/08/2008) en su carta es un bochorno municipal ver cómo el Sr. Díaz Alperi en su cargo representativo del pueblo alicantino hace alarde de obviar las leyes desoyendo tanto el estudio jurídico solicitado por su colega de San Vicente del Raspeig y su posterior voto positivo como ,también, al voto positivo de su también colega de Sant Joan. El PP de Alperi se niega a admitir , y esto es realmente lo bochornoso, lo imperativo de una ley.

La Asociación Cultural Aliante Vivo (véase carta del 23/08/2008) vino a poner el punto de madurez y racionalidad proponiendo el cambio de algunos nombres fascistas de nuestras calles por otros dignos de ser recordados.

Llegó entonces la cultura indiscutible del sr. Tato Puigcerver (véase carta del 24/04/2008) que vino a aclararnos que no es lo mismo memoria que historia, aunque la RAE diga que memoria es la “Facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado” e historia es la “Narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados”. En cuanto la memoria de los sublevados en el 36 contra el régimen legítimo de la república quedó narrado y aprendido , la memoria de los que defendieron la legalidad democrática quedó acallada, exiliada , fusilada o presa. Siendo hora ya de que tal memoria sea narrada y aprendida para que la historia sea veraz y no cercenada. Luego memoria e historia no es lo mismo pero sin una no existiría la otra.

Para solucionar la cuestión surgió el Sr. Tote Rodríguez Prats (véase carta del 22/08/2008) que sin entender el esfuerzo realizado para la recuperación de la memoria histórica nos dice “Lo que más me sorprende y entristece es lo absurdo que podemos llegar a ser los humanos, tanto empeño en conseguir cosas ridículas que no llevan a nada cuando con la mitad del tesón alcanzaríamos las pequeñas cosas que todos necesitamos para alcanzar una mejor calidad de vida”. De lo que se desprende es que 40 años de represión franquista se han quedado en “cosas ridículas”.
Y al fin y para rematar la disquisición don Francisco Fragoso (véase carta del 24/04/2008) nos define la vida como “valor que se le da al bienestar económico y seguro”.

Cielos.

Que sería de nosotros sin aquellos que pensaron que la vida era algo más y el recuerdo la honra de nuestros mayores.

La cultura echada por la borda en apenas unas líneas.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Alperi, caminando sobre las aguas

Algo huele a podrido en Alicante.
Alperi dice que la ley no le obliga a retirar los honores concedidos a Franco y por lo dicho y lo hecho, Alperi necesita algo o alguien que le obligue a ello y es que su moral tampoco le obliga. Y es que Luis se agarra a la premisa del Conde de Romanones cuando dijo aquello de “Escriban ustedes las leyes pero déjenme a mi elaborar los reglamentos” y con ella de la mano camina sobre las aguas y sobre todo lo humano.


Yo que soy un analfabeto de los vericuetos legales me pierdo en disquisiciones de Leyes . Acabo de descubrir que hay leyes que no son imperativas y, bajando al submundo del vulgo ignorante, por lo tanto, no sirven de nada pues si a una ley le quita usted el imperativo se nos destroza la misma quedándose la pobre en un texto de aburrida lectura publicado en papel biblia y rubricado por S.M. el Rey de España y refrendada por las Cortes, lo cual viene a deslucir el poder que ambas instituciones tienen en cuanto a imperativo se refiere.

Si la ley no le obliga a Alperi ¿qué podría hacerlo? ó ¿hay algo capaz de obligarle?. (Aquí el escribiente cesa en la escritura y recapacita largo rato pues es de complicada solución la respuesta).
Imagino que sólo le obligaría la imposibilidad de ser obligado.

Ya sé que parece un trabalenguas pero tiene su sentido. Si la ley no le obliga a nada porque para eso él anda sobre las aguas de lo divino y lo humano, la única solución que nos resta es retirarle el poder omnímodo que le ha ido elevando a los altares de la intolerancia pero eso sólo está en manos de los votantes alicantinos. (El escribiente vuelve a sumirse en diatribas y posibles soluciones y continúa pensando en alto). Claro que lo más rápido sería hacerle conseller de algo y que el PP alicantino (no el PP de Alperi) lo enviara a Valencia a campar como Mio Cid, dejando estas tierras a su ventura.

Claro que a lo peor resulta que Sonia Castedo que es la elegida digitalmente por el mismo Alperi se nos queda de residente en la academia sin posibilidad de ser nominada y con la misma actitud intolerante que su predecesor tal como si del misterio de la santísima dualidad se tratara.

Yo, el escribiente, sólo puedo pedir perdón a todos aquellos que confiaron en que conseguiríamos algo , a todos aquellos que siguen viendo el nombre de un dictador venerado y glorificado por la ciudad en la que viven , ciudad que en la voz del que parece su amo menosprecia la memoria de sus mayores, de todos aquellos que sufrieron su dictadura.


Ya ven , ni la Comisión Cívica, ni la Plataforma de Iniciativas ciudadanas ni siquiera el Sindic han sido capaces de obligar al que se cree amo de este rancho.

Yo, el escribiente, os revelaré un secreto. Alicante no tiene un amo que no sean los propios alicantinos.

¡Despertad y decidle a este individuo quién le obliga!
Pero hace tanto calor…. y hoy, además, echan fútbol ,che, que mejor lo dejaremos para mañana.
Y así caminando sobre las aguas malolientes del puerto Alperi se sube a su yate a dar una vueltecita por su bahía que baña esta una , grande y nada libre ciudad.

A ver quién es el guapo ahora que dice eso de “Alacant, la millor terreta del mont.”

Pena de ciudad.

martes, 19 de agosto de 2008

Mil maneras de devorarse a uno mismo

Por muy extraño que nos parezca y por mucho que hayan intentado hacernos creer desde los mullidos bancos del consistorio y otras timbas del poder a nuestra ciudad la hacemos , y la deshacemos nosotros, los ciudadanos , aunque el brazo ejecutor, en ocasiones incorrupto, no sea el propio sino el honorablemente elegido por la mayoría convertido por el vil papel moneda en un muñeco grotesco movido por los hilos del que realmente ordena y manda.


Esta ciudad nuestra, especialmente, se está dejando devorar por sí misma en un claro síntoma de autofagia. Y entre esa mezcla de dolor y placer que caracterizan a ese trastorno psicológico nos movemos los alicantinos y que con la experiencia y la desesperación hemos pasado del menfotismo al canibalismo pura y crudamente.
A dentelladas húmedas y frías nuestra ciudad se ha ido quedando sin referentes y aquellos que sobreviven lo hacen en liza con la menfótica idiosincrasia alicantina, contra la soledad del abandono que es la táctica al fin del ídolo con los pies de barro. Creamos un espejismo de ciudad cosmopolita, limpia y culturalmente activa, con capacidad para absorber grandes eventos internacionales, con la suciedad acumulada bajo la alfombra de la explanada, la indigencia expulsada del Palas y repartida por la ciudad y allí, a unos cientos de metros de la milla de oro las grotescas fulanas en consentida faena al amparo de la ruina de las harineras y el desbroce de la estación de Benalúa configuran el espectáculo que no saldrá en las televisiones del mundo cuando algún espigado y laureado dé el banderín de salida a la Volvo Ocean Race mientras a su espalda ondeará la gigantesca bandera rojigualda y a su pie ese horrible y disparatado monumento al soldado de reemplazo.
Si en algún momento lo tuvo, Alicante perdió el Norte hace mucho y así, a la deriva nos vamos hundiendo cada día un poco más hasta que nuestra línea de flotación quede por debajo de nuestra propia dignidad.


Y sin embargo surgen cada día nuevos grupos de quijotes y sanchos dispuestos a lanzarse al trote contra los gigantes aun sabiendo que son molinos , surgen nuevos y animan a los que siempre estuvieron ahí a quitarse el velo de la desesperación y el abandono que es la victoria del poder.
Ahí están la Comisión Cívica, la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas, la Sociedad Cultural Alicante Vivo y tantos otros que plantan cara y resuelven entuertos o lo intentan pues con Luis han topado, que no con el PP de Alicante, pues quede claro que cada día la diferencia entre ambos es mayor, lo difícil es quitarse ese peso de encima.
No nos engañemos, Alicante no es una ciudad de oropéndolas cantarinas, ni un ejemplo de educación cívica, ni un modelo de limpieza , que la oferta cultural alicantina se la debemos a unas cuantas iniciativas que nos salvan del despropósito consistorial, pero cuidado, que nadie piense que todo esto no es culpa suya.
Quizás sea el momento ahora de salir a la calle, de negarse a que el Ideal se convierta en un parking, oponerse a que se derriben edificios de la Rambla para construir una macrodiscoteca de pedir cuentas de los bocados dados y analizar el adn de la saliva dejada en cada uno de ellos y dejar al descubierto, por fin, las vergüenzas de estos años.
Y ahora como decía el Dr. Lecter, uno de los más famosos caníbales del mundo, "Me gustaría seguir charlando, pero un viejo amigo me espera para cenar. Adiós".

Una atrocidad ideal


Cuando todos pensábamos que la polémica ya estaba olvidada, descubrimos de pronto en la prensa que la amenaza resurge de sus propias cenizas cual Ave Fénix: convertir el cine Ideal, templo del séptimo arte en Alicante, con permiso del cine Monumental, en un aparcamiento de coches. Cuando alguien como Pablo Rosser, arqueólogo director del Cophiam, organismo municipal creado para la protección del patrimonio, ya declaró en su día que «no tengo claro su incidencia en la zona de la avenida de la Constitución, que es de lo poco que nos queda original en la ciudad», los alicantinos tan sólo podemos asentir y hacer caso a los que de verdad entienden de esto. Para la Asociación Cultural Alicante Vivo, levantar un aparcamiento en el interior de uno de los edificios más bellos y emblemáticos de nuestra ciudad es, con todos nuestros respetos, como montar un club de alterne dentro de una iglesia. Podrá ser un puticlub con cuero de primera calidad, barra americana y con las señoritas más hermosas de Europa?, pero seguirá siendo una vulgaridad. Donde antes hubo taquillas y butacas, ahora habrá cajas de pago y coches. Donde antes había suelo enmoquetado y olor a palomitas, ahora habrá hormigón y manchas de fuel. Donde antaño se escuchaban famosas piezas musicales del cine americano, ahora se oirán bocinas y gritos. Nos guste o no, el rugido del león de la Metro será sustituido por el bramido de los motores; y las largas colas ya no serán de personas ansiosas por presenciar el estreno de una gran cinta, sino de coches a la caza y captura de una plaza de aparcamiento. Ya tuvimos que tragar con el horrendo pastel del Edificio Bergé, la salvajada del Gobierno Militar, el derribo de la Isleta (con aquella foto que pasó a la posteridad y que no queremos acordarnos), la Aduaneta y sus sillares que se vendían al peso, la alambrada de gallinero de la Explanada y la mutilación de las estatuas de Canalejas. Para colmo, dentro de poco continuará esta nefasta historia con la construcción de «la macro» en la Rambla. Los alicantinos seguimos permitiendo, con la cabeza debajo del ala, que nos la metan doblada; tanto unos, como otros. En esto, no hay distinción política que valga. Quizá lo mejor sea permanecer callados. Al fin y al cabo, es lo que mejor sabemos hacer los alicantinos. Quien sabe si al hablar, nos convierten el cine Ideal en un autocine. Y si no ya lo verán. Tiempo al tiempo.


Alfredo Campello Quereda y Juan José Amores Liza

Miembros de la Asociación Cultural Alicante Vivo

martes, 5 de agosto de 2008

Tal día como hoy

Tal día como hoy del año 1939 fueron fusiladas las 13 rosas rojas por la Dictadura Franquista. Tal día como hoy aún viven entre nosotros.

lunes, 4 de agosto de 2008

Lo que la verdad esconde


Al pobre Daniel , discípulo de Miguel Angel, le cayó la desgracia de que el Papa Pio IV personalmente le encargara tapar con trapos las vergüenzas de los genitales que el Maestro había pintado para el juicio final en la Capilla Sixtina por una hipócrita moral, en un acto loco, inútil, cómico y patético.

El pobre Daniele da Volterra tuvo que soportar que le llamaran por todo aquello “il Braghettone” y que, a pesar de su arte aún hoy se le recuerde como tal. Bastante tenía él con haber violado la obra del maestro.

Despojados por la razón los cuerpos de sus postizas bragas , velos y telas volvió a lucir el original sin alarmar a nadie y sin que el cielo se viniera abajo.

Casi doscientos años más tarde Giovanni Battista Tiepolo pinta la alegoría “La verdad desvelada por el tiempo” que se conserva en la ciudad de Vicenza, representa a “LA VERDAD”, una joven que lleva en una mano un espejo y en la otra un disco del sol, entre los brazos de “el tiempo”, bajo la forma de un anciano que sería el encargado de retirarle el velo que la cubría.

Hermosa alegoría a la que la mayoría de los mortales nos aferramos casi inconscientemente.
Trescientos años después, en la era de la inteligencia artificial –la natural parece que va escaseando- , los ordenadores, la globalización de la cultura y el control de la voluntad mediante la imagen y la publicidad, un libre-pensador pensó , al ver la cara de Berlusconi en Televisión flanqueada por un seno de mujer, que aquello podía debilitar la imagen pública del presidente de manera que , según el subsecretario de la presidencia, Paolo Bonaiuti , el equipo que se ocupa de cuidar la imagen del presidente de la República italiana decidieron contratar a otro Braghettone para taparle el pecho a la susodicha desconocida del cuadro.

Con todo resulta que si el tiempo se debía de encargar de desvelar la verdad, Berlusconi y su equipo a golpe de pincel, control de las voluntades a través del poder de la televisión y la prensa, vuelven a ponerle un velo de mentira a la verdad desnuda.

Gracias a la providencia, no malograron el original sino la copia que cuelga tras la mesa de la sala de conferencias del palacio presidencial aunque me temo que les hubiera dado exactamente lo mismo.

Igual que aquí no vamos todos vestidos de toreros y sevillanas, en Italia no todos comen espaghettis todos los días mientras en camiseta interior de tirantes dormitan a la puerta de su casa en el trastévere ni tienen la cultura del Jaimito, de forma que no han tardado en tildar esta iniciativa de gesto “loco, inútil, cómico y patético”. Quizás antes nadie había caído en que tras la estirada piel del presidente se escondía la verdad.

No hay velo ni braghettone que tape lo que la ley “Salva” dejó al aire, por la que dejaba inmune al presidente y sus allegados ante cualquier delito cometido en Italia hasta antes del 30 de junio de 2002, claro que el Consejo Superior de la Magistratura ya se encargó de aclarar que el sayón que intentó poner Berlusconi sobre la desnuda verdad era totalmente inconstitucional.

martes, 15 de julio de 2008

Documental Els Territoris de la Ficció - Enrique Cerdán Tato

Els Territoris de la Ficció : Enrique Cerdán Tato

miércoles, 25 de junio de 2008

Historias de no tan lejos

Aún huele Alicante a la madera mojada y a efluvios etílicos vertidos sobre las calles mientras los madrugadores trabajadores de la limpieza hacen lo que pueden con todo este desperdicio de después de la bacanal del fuego fatuo .

Fuego pretendidamente ancestral pero domesticado y cristianizado , uniformado y escalafonado en el que cualquiera no puede ser cualquiera.

Aún huele Alicante a la madera mojada y hay que volver al trabajo por muy petardo que sea y volver a escuchar los ruidos tristemente cadenciosos del silencio rompiendo la monotonía de la mascletà que a 112 decibelios mantenidos puede arrancarle la oreja a cualquiera, y destrozar una fuente poco a poco, como en Jericó.

Si partimos de que la hora 12 no existe y sí sin embargo la hora 0 quiere decirse que las hogueras de San Juan tienen de ello sólo la excusa de que tal santo cae por en medio. A las 0 horas del día de San Guillermo, es decir en la noche de San Guillermo, se queman las hogueras de San Juan mientras algunos, cada año más, queman su hoguera ancestral, la noche antes, es decir, la noche pagana del solsticio.
Noche de fuegos y juegos, rodeada de botellón de Mercadona en las playas de nuestra ciudad sin saber, a ciencia cierta, qué rayos de ritual hay que hacer para que el año siguiente sea bueno, de ahí que alguno por cosas de los solsticios, que siempre tuvieron algo de mágico y brujo, acabe preñado por bañarse sobre siete olas en lugar de tener éxito en sus estudios. Cuidadín.
Aquí, seguimos a nuestra bola gastando noventa mil euros en la hoguera oficial y no sé cuantos miles en los trajes oficiales de las bellezas y damas de honor mientras a las puertas de los grandes almacenes, hay gente rebuscando en los contenedores buscando el preciado tesoro de un blíster no caducado de lo que sea.

Al niño del moco colgando atado sobre el pecho de su madre poco o nada le interesa que la madera usada en la hoguera oficial sea de pino sueco, quizás si le dijeran que el queso que acaba de recoger su madre del contenedor no contiene gusanos todavía, le aparecería una sonrisa blanca sobre su cara de mestizo, ennegrecida de suciedad y etnia.

Son las sombras de la ciudad, de ésta y de todas. Son nuestras sombras, el lado más oscuro de nuestro bienestar.

Y me doy cuenta de que aún hoy y después de todo, sigo manteniendo esa inocencia de creer que todo esto se puede arreglar y que algún día prefiramos dar de comer a todos a gastar en lujos y maderas suecas, construir colegios decentes a organizar grandes eventos náuticos.

Y , me digo, ¿habrá alguien más que piense lo mismo?

domingo, 22 de junio de 2008

Cuando el mundo cambie

I
Todo empezó el día en que aquel niño llegó, como endemoniado, gritando ¡El rio se ha muerto!.
Las gentes salieron a las puertas y los otros niños dejaron los juegos.
Lo detuve como pude. Tenía los ojos aterrados y la mirada huída como la tienen los enfermos en sus últimos días. Sobre la boca , parte del pecho , los pies y las manos le resbalaba un líquido de color negruzco que olía como al orín de algunos animales.
Lo zarandeé cuanto pude hasta que su mirada regresó y me susurró ¡el río está muerto!.
De pronto calló y mirándome a los ojos, como si en ese momento sólo estuviéramos él , la tragedia y yo, balbuceó:
- ¡Se ha muerto! –me dijo- , el río, los peces , los árboles, todo se ha muerto.
- Pero qué bobadas dices.
- ¡El río se ha muerto! y se ha vuelto negro , todos los peces que nadaban en él flotan ahora muertos y ennegrecidos, los árboles están negros en las ramas que tocan las aguas y huele como cuando se pudre la carne de un perro muerto. Eso es la muerte. Y está en el río. ¡ El río se ha muerto !.
- Silencio - gritó el viejo que salía apoyado sobre una rama a modo de bastón.
Todos esperábamos que el anciano dijera algo que certificara la locura del muchacho pero al contrario , como si la noticia fuera esperada, nos envió al río a varios de nosotros, mientras las mujeres y los niños se quedarían para ir preparándolo todo para marcharnos de allí , pues los ruidos que venían de los bosques profundos, que eran como los gritos de la misma tierra , por donde nace el sol se oían cada día más cerca.
De manera que era, según el viejo, el momento ya de marchar tal y como lo hicimos algunas lluvias atrás.
Había que deshacer nuestras casas y marchar más hacia el poniente, lugar que sólo el viejo y yo sabíamos encontrar según las leyes que él había aprendido de su anciano y ahora yo aprendía de él.
En una ocasión le dije que en algún momento de esta huída llegaríamos a un sitio en el que ya no habría poniente, es decir, al poniente mismo y entonces sería el momento de enfrentarse cara a cara con los gritos de la tierra por aterradores que nos parecieran pues nada habría más allá.
- ¿Cuántos de ellos crees tú- me dijo señalando al resto de los hombres- serían capaces de sobrevivir al rugir de la tierra?. Si ya con el hedor que brota a veces de sus entrañas de esos lugares que en ocasiones nos hemos encontrado, negros como las noches, muchos de ellos enloquecen y creen haber llegado al final de la tierra, a la fétida parte del mundo, por donde la tierra excrementa lo que traga día a día. ¿Cuántos de ellos crees tu que soportarían oír los gritos de la misma tierra ante sus caras?.

- No sé , quizás yo tampoco lo soportaría.
La senda hacia el río estaba toda ella manchada a pisotadas de ese color negruzco que el niño traía sobre su cuerpo.
Pronto , tras los árboles que se doblan sobre las aguas del río, apareció éste.
Era cierto.
Todo tipo de peces flotaban hinchados y negros sobre las aguas también negras del río que olía a podredumbre, al muerto más grande que ninguno de nosotros habíamos visto nunca.
Sin embargo la corriente seguía su curso habitual y arrastraba miembros cercenados de grandes árboles y muchos más peces muertos y manchas negras.
Todos nos quedamos callados observando aquella muerte.
La corriente, como la muerte, viene de donde nace el sol.
Quizás no era el río el que estuviera muerto sino la misma tierra y ésta vomitaba sus entrañas sobre el río y la corriente arrastraba los signos de su muerte hacia el poniente.
- Hace unos días -me dijo uno de los mayores, el que escucha al bosque- el hablador huyó de mi maloca como lo habían hecho ya sus manadas libres y otros pájaros como el pico de luna coloreada y otros.
- Los bosques han callado, todo lo vivo se ha ido.
- ¡No toquéis el agua! – grité a los que venían conmigo. Puede que la muerte se os contagie. Regresamos.
El anciano tenía razón, había que marcharse. Faltaba poco para que comenzaran las lluvias y había que partir cuanto antes.
Antes incluso de llegar oímos los gritos del niño que nos había anunciado que el río había muerto.
Cuando llegamos, le vimos retorcerse de dolor con estertores de muerte y espumarajos rojos y negros.
El shaman me miró y negó en silencio con la cabeza. No había remedio para el niño. Había bebido de la misma muerte.
El consejo se reunió mientras las mujeres preparaban la leña para quemar el cuerpo del niño , les contamos lo que habíamos visto –Tenemos que marcharnos hacia el poniente , toda la vida huye hacía allá, incluso los habladores , los colas azules y otros pájaros ya lo han hecho y ya sabéis que ellos –dijo el que escucha al bosque- saben de lo que sucederá en el bosque mucho antes que nosotros.
- Todo en el río está muerto, he visto, incluso a las grandes serpientes que oculta el cieno del fondo del río flotar ahora como si fueran trapos retorcidos como el resto de los otros peces. La corriente está viva y trae hacia aquí más peces muertos y trozos de grandes árboles cortados con algún tipo de utensilio que los secciona limpiamente como si fueran una hierba.
El que mira más lejos se aventuró a relacionar a los pájaros enormes de colores plateados , los que rugen mientras vuelan, cosa extraña en las aves, como si fueran el presagio de todos los males pues éstos pájaros volaban sin aleteos hacia donde nace el sol y de allí venían los rugidos de la tierra.
El bichero que conocía a todos y cada uno de los animales del bosque, sus propiedades, sus venenos y sus costumbres, nunca había visto un pájaro tal pero si se aventuró a opinar que era posible que si los pájaros eran de las dimensiones que el que mira más lejos le había dicho fueran ellos los que estuvieran hiriendo de muerte a la misma tierra.
El primer círculo del consejo lo forman los más ancianos; cada uno de ellos se encarga de algo muy concreto y cada uno tiene , al menos, un aprendiz que , desde niño, le acompaña para aprender todo lo que sabe el más anciano. Los aprendices forman el segundo círculo del consejo.
Mi anciano, por ejemplo, sabe de cielos y estrellas, siendo capaz de señalar con total exactitud hacia dónde se pone el sol, era incluso capaz de orientar al resto bajo la espesura del bosque profundo y eso era lo que yo había aprendido. Estaban también en el consejo el cazador que optó por seguir a las manadas que huían hacia el poniente si no queríamos perecer de hambre, el que miraba más lejos dijo que todo lo malo venía de donde nace el sol o todo lo supuestamente malo se dirigía allí, en cierta ocasión creyó ver a un indígena de los que llamamos invisibles con todo su cuerpo envuelto en pieles excepto la cara y las manos que eran de un color mucho menos rojizo que el de nuestra piel.
El consejo acabó cuando el shamán predijo que las enfermedades nos diezmarían si seguíamos allí por lo que todos los ancianos estaban de acuerdo y la marcha se hacía casi necesaria para seguir viviendo. Y así, por el acuerdo de todos se decidió , de nuevo, la marcha hacia el poniente.
Yo se- me dijo mi anciano mientras volvíamos apoyándose sobre mi hombro- que no voy a superar este viaje, mis piernas y mi corazón se negarán en breve y tu ya estás preparado para ocupar mi sitio, elige a un niño que aprenda de ti. Debes ser sabio pues nuestro mundo conocido depende de ti y algún día , de él. Escúchale cuando te hable pues vendrán épocas de miedo y todo será necesario. El resto de ancianos me temo que harán lo mismo. El de la pesca es tan viejo como yo, como el shaman, el más joven sea quizá el que almacena alimentos y el que hace hablar a los habladores.
En los consejos no desprecies a nadie , ni siquiera a los que sean mucho más jóvenes que tu pues no todo lo aprende una persona sola y , en ocasiones, un niño de apenas unas lluvias verá lo que tus ojos no serán capaces de ver.
Esta ha sido mi costumbre desde que murió mi anciano y te tome a ti como aprendiz.
Cuando quememos tu cuerpo –le dije- para que vueles a las copas de los árboles más altos, el bosque reverdecerá y todos se alegraran de poder respirar un poco de ti cada día.
No te preocupes, me has enseñado bien y sé que nadie es nada sin los demás y que nuestro futuro es compartido y nuestras vidas también, que lo que le pase a uno de ellos me pasa a mi, como lo hacemos con la comida, todos comemos de lo que todos cazamos y nadie pasará hambre hasta que no la pase yo primero.
Las mujeres habían hecho fardos con los utensilios indispensables, se habían atado con pieles a los bebes sobre sus pechos y cuando ya estuvo todo preparado mi anciano y yo encabezamos la marcha hacia el poniente.

II
Cuando las mujeres comenzaron a sentir hambre y los niños ya parecían cansados a pesar de que éstos, como si fueran verdaderos ancianos, habían soportado mejor que en otras ocasiones la larga marcha que habíamos cubierto, parecía que eran también conscientes de lo que estaba pasando.
El anciano cazador organizó pronto una cacería mientras las mujeres comenzaron a recoger leña y preparar un fuego. El consejo se reunió en silencio , nadie escuchaba el canto de ave alguna. La caza será difícil hoy, dijo el bichero, quizás tarden en volver. El shaman propuso que el que habla con las plantas buscara esas que dan frutos que se pueden comer para intentar entretener el hambre de los niños y no crear más miedo del que ya parecían tener. ¿Cuánto tardaremos en escuchar a las aves?, ¿será ese el momento de haber llegado?. Llegaremos- , dijo mi anciano con la voz entrecortada y excesivamente sudoroso y cansado, - efectivamente cuando el bosque recupere su vida y tengamos cerca un rio ó arroyo de agua limpia. No importará entonces lo que tardemos.
Pronto nos trajeron frutos que tomamos mientras esperábamos casi en silencio la llegada de los cazadores y nuestros oídos querían oír el canto de alguna de las aves.
Las mujeres habían preparado un buen fuego a la espera de los cazadores, los niños jugaban con las ramas de los árboles bajos y sus voces resonaban entre la enorme concavidad de la selva como si fuese una gran caverna desierta, como la que usamos hace algunas lluvias y en la que el shaman nos enseñó a dejar sobre las rocas la pintura de nuestras propias manos y los niños dibujaban con arcillas y flores machacadas escenas de juegos , cazas y pájaros, el shaman cuando no estaba ocupado en sus quehaceres entretenía con estas ciencias a los niños y a los no tan niños.
Todos alzamos las cabezas cuando oímos los silbidos del que hace hablar a los habladores anunciando que estaban cerca; las mujeres clavaron unas ramas a ambos lados del fuego sobre las cuales colgarían los costillares y patas del animal.
Cuando llegaron los cazadores, al animal todavía le sangraba la herida de la garganta. No ha hecho falta disparar ninguna flecha –dijo el cazador- estaba tumbado con una pata rota esperando a que alguien le hiciera el favor de matarlo, y le hemos cortado el cuello, los saltadores sanos ya no están por esta zona, he visto pisadas de grandes manadas dirigiéndose hacia allá-dijo señalando hacia el poniente- la vida está allí, aquí sólo se han quedado los impedidos.
Los niños dejaron los juegos y ayudaron a despellejar al animal, el que mira más lejos tenía el privilegio de comerse los ojos de todos los animales que se cazaran y estos eran grandes y brillantes.
En esta ocasión nadie tuvo la precaución de protegerse pues de alguna manera sabíamos que , excepto los gritos de la tierra que se oían un poco más lejanos, nada nos acechaba por lo que parecía, éramos los últimos en huir de allí. No había, pues, peligro de que algún puma se acercara a comer de lo nuestro y , de paso, destrozar a zarpazos a algún anciano como ocurrió hacía tres lluvias.
Comimos el animal en riguroso orden, como siempre, primero los niños, luego las mujeres y por último los ancianos y los aprendices.
Cuando ya habíamos terminado la cena y como era costumbre entre nosotros, esperábamos que el shaman nos contara historias de animales que ya no existían o de ancianos que habían vivido antes que nosotros y que ahora formaban parte de las hojas de los árboles y de sus troncos.
La vida se renueva como lo hace el agua de un río –nos dijo- nunca la misma agua pasa por el mismo sitio, de forma que el mismo hombre no vuelve a vivir lo que ya ha vivido aunque, en ocasiones así lo crea. Pero el río, en sus orillas y en las piedras de su fondo guarda los recuerdos de cada una de las gotas del agua que han pasado por ellos. Esa es la obligación que tenemos con el mundo, con los árboles, sus aves y todos los animales, tenemos que dejar memoria de lo que somos y crear vida que recuerde.
Desde los primeros ancianos , las mujeres a partir de las lluvias en las que su cuerpo es capaz de crear otros cuerpos eligen de quién quieren ser preñadas debiendo el hombre cumplir con cuantas se lo exijan. Todos tenemos la misma sangre, como los ríos tiene el mismo nacimiento y no acaban nunca.
Aquella noche el shaman sabía que nuestro mundo estaba en peligro y era mejor que aumentáramos en número pues se avecinaban tiempos difíciles y los cazadores y trepadores debían ser muchos más que ahora pues la comida iba a escasear.
Aquella noche agradecí que ninguna mujer me eligiera a mi, estaba realmente cansado y mi anciano necesitaba de mi ayuda para casi todo. Hablé con el shaman porque a pesar de que morir es convertirse en otra cosa, no quería que mi anciano sufriera dolores; le dio a beber algo y le susurró al oído el nombre de una planta, probablemente a la que iría a parar cuando su cuerpo fuera quemado. Morirá esta noche –me dijo el shaman- no creo que mañana despierte.

III
Antes de que el sol saliera las mujeres ya habían preparado la leña para la pira del anciano. Sonreía, la muerte no es dejar de existir, es pasar a ser de otra forma. Los árboles, las, plantas, las aves, los insectos y los depredadores, todos antes, fueron otra cosa, quizá otro anciano, yo quisiera ser un viento.
Las lluvias estaban cada vez más cerca y de entre las hojas de los árboles gigantes caían ya gotas que anunciaban su llegada y mientras caían , el humo del anciano y sus cenizas se elevaban hacia lo más alto, donde ni siquiera el trepador era capaz de subir.
Cuando la pira se convirtió en polvo reiniciamos la marcha. Ahora era yo el que viajaba primero siguiendo el camino que mi anciano hubiera seguido, el del poniente, las señales eran claras. Cuando ya los árboles se quedaron sin sombra oímos el rumor de una cascada de agua, nos dirigimos allí.
Era un lugar excesivamente pequeño para que todos pudiéramos vivir allí tranquilamente y , según el bichero, no había rastro de bestia alguna, todas habían emigrado, aún no era el sitio pero decidimos descansar allí, refrescarnos en el agua y reponer las pieles en las que transportamos el agua del camino.
Me quedé dormido.
Me despertó un peso sobre el pecho y el estómago y un leve cosquilleo sobre la mejilla. Uno de los niños se había quedado dormido sobre mi, le acaricié la cabeza y lo observé mientras respiraba profundamente con una sonrisa que le provocaba el sueño quizá de un salto sobre el río o del juego con los habladores; su mano descansaba sobre mi mejilla como si buscara mi respiración y su seguridad.
Me quedé allí quieto, las mujeres sonreían al ver la escena, al buscador – decían- lo han atrapado. Pero la tragedia , por un momento, ya no era tal, el respirar de aquel niño me produjo la paz que buscaba, volví a dormirme plácidamente después de observar las ramas altas de los árboles y el absoluto silencio de un bosque muerto.
Al cabo desperté y el niño seguía sobre mi pero ahora era él el que me observaba trazando con su dedo la pintura de mi cara
- Tu eres el buscador, ¿verdad?
- Sí, y ¿tu?
- Yo, sólo un niño
- ¿Quieres aprender a buscar?
Pinté en su cara las pinturas de los buscadores y así se convirtió en mi aprendiz.

IV
Aquel era un lugar perfecto para levantar ahí nuestras casas pero, quizás, un poco pequeño, teníamos la selva demasiado encima y las leyes de siempre nos prohibían talar árboles en nuestro beneficio. Los árboles morían de viejos ó de enfermos, como nosotros, pero no se pueden matar por la mano de alguno de nosotros.
Algo así ocurría con los animales que comíamos; los cazadores sólo mataban aquello que nos podíamos comer, no hacía falta más. Quizás algunas veces pasamos hambre por cumplir con esta ley tan anciana pues después de un día de caza vinieron otros de escasez pero, la ley anciana lo decía y lo acatamos. Cubríamos el hambre con frutos pues sabíamos que de la misma rama de la que cogíamos un fruto en breve brotaría otro por lo que no tenemos esa sensación de destrucción como la de matar a un animal.
Aquel lugar era perfecto, teníamos un arrollo limpio cercano, los ruidos de la tierra a penas se oían y el que escucha más que los demás nos vino corriendo a decir que había visto cerca una colonia de habladores , nidos de hormigas en construcción y huellas de manadas que no huían sino pastaban cerca de aquel lugar.
Aquel lugar sólo tenía un pequeño inconveniente y es que estaba descubierto al cielo, fuera de la espesura de los grandes cauchos lo que a los dos guerreros no les hizo mucha gracia porque opinaban que éramos presa fácil de esos enormes pájaros que rugen mientras vuelan y de los que ya habían oído hablar. El bichero les convenció que si bien los había visto nunca parecieron hostiles aunque sí aterradores.
Los ancianos nos reunimos junto a nuestros aprendices y decidimos construir allí nuestras malocas y disponer los instrumentos de la cocina y la caza en sus sitios adecuados, los niños pronto encontraron los árboles que se prestaban a sus juegos y al reír de la chiquillería llegaron los habladores y algún mono.
La vida parecía renacer de nuevo.
Esa misma noche comenzaron las lluvias.
El shaman ayudó a parir a una de las mujeres y los llantos del recién nacido se mezclaron con la lluvia golpeando sobre las hojas altas. Era un buen momento para nacer. Siempre se había dicho que los niños nacidos en días de lluvia serían aprendices de shaman y éste nació ya con los ojos abiertos y el primero en tomarlo entre sus manos fue el aprendiz de shaman, su vida ya tenía sentido.
Cuando el sol comenzaba a salir los cazadores salieron dispuestos a traer un buen animal para la celebración y así lo hicieron y sin tardar tanto como la último vez.
- Este sí hemos tenido que matarlo, hay manadas enteras de saltadores y otras bestias, por fin hemos visto , de nuevo, incluso a un puma.
Todo nos decía que la vida estaba aquí.
Celebramos la comida en honor al recién nacido, al niño de la lluvia. El aprendiz de shaman dijo ya que lo tomaría como aprendiz cuando su maestro pasara a ser otra cosa y él estuviera preparado, cosa que el propio shaman afirmó sin dudas. El niño de la lluvia será un buen shaman.
Los días de las lluvias los aprovechamos para reparar los utensilios de las casas, dormitar en las hamacas y escuchar las historias del shaman, de las cosas que habían sucedido muchas lluvias antes que estas e incluso, a veces, de las cosas que pasarían dentro de muchas.
- He visto morir nuestro mundo varias veces y de formas distintas. Pero yo creo que morirá por esa mancha negra que visteis en el río. Nacerá una raza nueva de personas a las que no les importará desmembrar los grandes árboles, matar los ríos e incluso matarse entre ellos mismos. Será una raza de taladores que confundirá la destrucción con vivir mejor aunque de entre ellos saldrán voces que griten por los árboles y mueran por ellos. Los taladores mataran a nuestros niños y a nuestras mujeres para sentirse superiores o , al menos, para no tener con quién discutir de quién es la tierra cuando, en realidad, la tierra es de la propia tierra y no entenderán esto hasta que ya casi no tenga solución. Pero esto será dentro de muchas lluvias, de momento aquí hay vida y hay que vivirla como hemos hecho siempre.
En ocasiones el shaman exageraba sus historias cuando observaba alguna rivalidad entre los guerreros y los cazadores por sus habilidades con las armas o cuando dos mujeres discutían por un hombre. Normalmente no ocurría pero en las épocas de lluvia solía ser más frecuente que el resto del tiempo.
Nos amenazaba con atrocidades y fines del mundo creando cuentos de seres abominables en los que nos podríamos convertir si la envidia y la violencia se esparcía como los charcos por entre las malocas. Los guerreros y los cazadores se miraban y se sonreían entendiendo que no había rivalidad que a ambos les interesaba que el otro fuera mejor tirador pues si el cazador lo era las presas serían mejores y si el guerrero lo era, la defensa sería más contundente. Las mujeres, por su parte, entendían que los hombres no se acaban en una noche y ambas podían compartir al mismo sin necesidad de discutir tontamente por ello.
El shaman sabía hacer bien su trabajo.

V
Aquel era un lugar perfecto a pesar que los guerreros, que eran cuatro , con sus cuatro aprendices, mantenían una vigilancia especial porque por encima de su cabeza no se extendía el manto protector de los grandes árboles sino el cielo abierto.
Uno de los aprendices alertó al resto de ese ruido que no identificaba con ningún animal y que venía de donde se pone el sol. Todos ellos se quedaron totalmente inmóviles, el ruido se iba acercando poco a poco.
El bichero salió de su maloca y lo identificó como uno de esos pájaros que rugen mientras vuelan. Los cazadores mandaron a sus aprendices para avisar a todos de que no salieran de sus malocas.
Armaron sus arcos con las mejores flechas y apuntaron al cielo en dirección al ruido, el ave que ruge mientras vuela todavía no se podía ver todavía.
Tensaron los arcos hasta su límite.
Su ojos no dejaban de observar el cielo.
Sus músculos como piedras a punto de resquebrajarse.
De pronto apareció el enorme pájaro que ruge mientras vuela y se quedó quiero sobre sus cabezas.
El primero en disparar fue el guerrero más anciano. Los cazadores se dispusieron entre la espesura con sus arcos , cuchillos y hachas por si en algún momento el ave descendía.
Las flechas al impacto con el cuerpo del rugidor se partían aún así siguieron lanzando hasta que inexplicablemente giró y se fue hacia el poniente.
El terror se quedó a vivir con nosotros.

VI
28 de Mayo de 2008
Fotografías únicas de “indígenas invisibles” en la frontera
Un grupo de indígenas pertenecientes a uno de los últimos pueblos indígenas aislados del planeta , también conocidos como “indígenas invisibles” fueron divisados y fotografiados desde el aire cerca del límite fronterizo entre Brasil y Perú.
Se piensa que este grupo ha huido a Perú a través de la frontera de Brasil escapando a la tala ilegal que afecta a las regiones de Yurúa , Purús y Enviara . “Lo que está ocurriendo con esta región de Perú es un crimen descomunal contra la naturaleza , los pueblos indígenas, la fauna , así como una prueba evidente de la completa irracionalidad con la que nosotros, los civilizados , tratamos al mundo , casa de todos nosotros “ declaró el experto en pueblos indígenas aislados José Carlos dos Reis Merielles Junior. Merielles trabaja para la FUNAI.
Las fotografías fueron tomadas en varios vuelos realizados sobre una de las zonas más remotas de la selva amazónica .
“Sobrevolamos el área para mostrar sus casas , para mostrar que están ahí, para demostrar que existen”, dijo Merielles, “Esto es realmente importante porque algunos dudan de su existencia . Desconozco a qué pueblo indígena pertenecen , y deseo no saberlo durante muchos años más”.

viernes, 13 de junio de 2008

Niño con ojos de cielo

No sé tu nombre ni cuántos años tienes, aunque con seguridad son pocos porque tu cuerpo es aún pequeñito; tanto, que tus ojos quedan a la altura de las piernas de la gente, sin alcanzar siquiera su cintura. La gente que se mantiene en posición erguida, me refiero, la que anda dando pasos instintivamente sin darse cuenta de que los da, primero un pie, después el otro, ahora levanto el derecho, ahora el izquierdo, ahora me paro a ver un escaparate, ahora echo a correr para alcanzar el autobús. Tú también andas. Pero para hacerlo necesitas un aparato muy grande y muy negro, todo de hierro, con unas barras rígidas y gordas a las que te aferras desesperadamente porque sin ellas te caes de bruces. No sé tu nombre, ya digo. Sí sé que tienes el pelo de un rubio pálido como las gavillas de trigo de los campos sin sol, y que se te desploma sobre la frente cuando te cansas de mantener levantada la cabeza. Me pareció que te cansabas demasiado. Más de lo que tus fuerzas podían soportar. Pero te empeñaste durante mucho rato en someter al cansancio y te vi negarte varias veces, con resuelta firmeza y hasta con rabia, creo, a que tu padre te cogiera en brazos. A mí la delgadez extrema de tus piernas blancas, abrazadas también por dos hierros muy negros para que no se te doblaran con el liviano peso de tu cuerpo, se me metió corazón adentro y me lo apretó tanto que se me encogió. Entonces miré tus ojos. Y descubrí que en ellos llevabas enganchado todo el azul del cielo.Fue el sábado pasado, ¿te acuerdas? Tú formabas parte de un escuadrón sin armas que se había echado a las calles de la ciudad para reclamar justicia. No caridad, ni compasión, ni lástima: justicia. Ibas con tus padres y un hermanito o hermanita todavía bebé, dentro de su cochecito. Alrededor tuyo había coches más grandes, sillas de ruedas las llaman, con personas de las que no se mantienen erguidas ni pueden andar echando primero el pie izquierdo y luego el derecho, o al revés. Y había más niños, unos pequeños como tú, otros mayores, sujetos a sus sillas rodantes por correas dulcificadas con almohadillas, con el cuello vencido hacia un lado y los ojos muy abiertos, la mirada colgada en las fachadas de los edificios y las copas de los árboles, sin entender nada. Pero yo, desde que te vi, no sé qué me pasó que ya no pude dejar de mirarte. Por eso, ¿sabes?, estoy segura de que sonreíste en varias ocasiones, coincidiendo con el trueno rabioso que los chavales de Virgen del Remedio, esos del peinado con rastas a lo Bob Marley, arrancaban de sus instrumentos de percusión buscando agujerear los oídos empecinadamente sordos de nuestros políticos. Y los de la gente que iba por las aceras tan contenta, también.Como la mani fue bajando y subiendo por plazas y calles y se paró delante de la Subdelegación del Gobierno, antes de llegar a la torre vacía e indiferente de la Generalitat, el recorrido se alargó en exceso y en algún momento tu padre te alzó del suelo, aunque tú no querías. Te recostaste sobre su cuello, casi vencido por el agotamiento, y desde aquella altura lo contemplabas todo con tus ojos azules desmesuradamente abiertos, como queriendo abarcar la ciudad entera. Tu padre necesitaba los dos brazos para sujetarte bien, y tu madre no podía empujar sola el carrito de bebé y tus negros hierros de andar. Una señora se acercó y empuñó tu andador. Entonces tú te enfadaste mucho. Mirabas a tu padre, mirabas tu andador y con tu puñito cerrado empezaste a golpearte el pecho. Tu padre explicó: dice que es suyo y quiere llevarlo él. De repente comprendí que tampoco hablabas. Y me fijé en que tus brazos, frágiles como alas de mariposa, se movían con esfuerzo, desmayo y cierta descoordinación. Está claro, lo tuyo no es polio. Puede que sea parálisis cerebral de nacimiento. O una enfermedad degenerativa, una de esas distrofias bordes que día a día, con empecinamiento silencioso, se van apoderando de los cuerpos hasta transformarles la carne y los huesos en algodón.O sea que tú, niño con ojos de cielo, nunca serás capitán del equipo de futbito de tu barrio. Nunca correrás detrás de una pelota, ni treparás por las piedras persiguiendo una lagartija, ni les harás ahogadillas a tus compas en el Postiguet, ni te subirás a un árbol buscando nidos, ni provocarás a los bomberos saltando junto a una foguera, ni serás campeón de judo en el cole. Supongo que todavía no lo sabes. O sí. A lo mejor ya te has dado cuenta de tu diferencia, a pesar del cariño con que en casa tratan de paliar tus limitaciones. Y por eso eres tan fuerte en tu debilidad, tan firme en tu determinación, tan gigantesco en tu pequeñez. Por eso obligaste a tu padre a bajarte, y volviste a agarrar con tus bracitos de junco el andador de hierro para seguir la manifestación andando. Con un esfuerzo titánico, pero andando.Tú no sabías que tu figura pequeñita y vacilante era la estampa de la dignidad. Y un bofetón sobre la cara de los políticos que racanean la aplicación de la Ley de Dependencia. Tú no sabes aún que vives en una tierra jacarandosa donde importan más los eventos deportivos, los banquetes, las alharacas y los halagos a los ricachones, que los derechos básicos de las personas. Tú no sabes que tu alcalde se gasta los millones del pueblo que hagan falta en competiciones de vela, y no encuentra cuatro euros de mierda para rebajar las aceras y que los que van en silla de ruedas puedan transitar por la ciudad sin depender de nadie. Tal vez por eso, viéndote, me acordé de un padre, Miguel se llamó, que como el tuyo quería otra España para el hijo. Y supe que lo que él escribió para el suyo te sirve lo mismo a ti: "¡No te derrumbes! No sepas lo que pasa ni lo que ocurre".

Ángeles Cáceres

martes, 20 de mayo de 2008

Carta de un don nadie a Ángeles Cáceres

Querida Ángeles Cáceres:
Te leo y te releo.

Y caigo, válgame, a tus pies rendido.

¡Qué fácil resulta escribir como Ángeles siendo Ángeles Cáceres!. Releches.

Que lo mismo nos traes de la mano a Gastón que al Diógenes que sustituyó la linterna por el brick del tío de la bota y con él las más profundas de las historias de la humanidad.


Que lo mismo se me desliza el zumo de mis penas oyéndote hablar de Josefina Manresa como me río a carcajadas leyéndote con tus gatos y tus campos, y tus paseos de mercado y tu saludo a no sabes quién es y te imagino , entonces, vestida de la Penélope de Adrián López.

Menuda pareja, la Cáceres y el Adrián; hubiera pagado lo indecible por espiaros por un agujerito en una de vuestras tardes de charraeta y licor y tomar notas para una enciclopedia básica de alicantinismo y socarronería.

Si existen los ángeles, espero que sean como la Cáceres, con sus ostias , sus cigarritos y ese amor a manantiales. Y si no , que me devuelvan al remitente.

A tu edad y a la mía , sepa usted, señora, que tiene un admirador ya no tan secreto.

Va por usted, oiga.

martes, 13 de mayo de 2008

Siempre nos quedará Alicante

En una de esas esporádicas visitas que el aforado alcalde alicantino hace a su despacho del Ayuntamiento desde la cumbre valenciana del consell, y desde el púlpito que le da la experiencia nos avisa de que el fin del mundo está cerca.

Dice que Etelvina huye de Alicante porque el cargo le venía grande y a mi me suena esto a “Duelo en Ok Corral”, esta ciudad es demasiado pequeña para los dos, así que larguémonos ambos.
Ahí se quedan Sonia Castedo y Roque que se llevan bien.

Un par de días después y como vaticinó el agorero, el mundo se acaba. Zaplana deja la política por la puerta más grande, la que da al camino de las baldosas amarillas y que lleva, directamente al castillo de la Telefónica y los dos millones de euros al año.

Telefónica, dicen, es el INEM de los más ricos.

Y me viene a la memoria Remedios Amaya cantando descalza aquello de ¿Quién maneja mi barca?, y es que cuando la barca se hunde los primeros no son las mujeres y los niños , sino los roedores del papel moneda y los expertos escaladores.

Ojo.

Que el huido llama huidora a la que huye mientras que el mejor huido de todos se larga con la banca; impar y pasa.

Yo, por si sirve de algo me daré de baja del teléfono, éste ya ha ganado bastante con mi dinero.
En cualquier caso, siempre nos quedará Alicante.