jueves, 24 de mayo de 2007

De la Memoria y sus males




El sueño de la razón produce monstruos y el sueño de la memoria produce políticos que al fin y al cabo, son igual de terroríficos.

Cada uno de nosotros es un superviviente.

De uno u otro bando, pero al fin, un superviviente. Yo, sin ir más lejos, si a mi abuela se le hubiera ocurrido bajar al mercado aquel veinticinco de mayo, no estaría yo aquí, ni tampoco mis hijos; pero la suerte, el devenir o lo que fuere ha hecho de mi un superviviente.

Nuestros hijos saben , por los libros de historia, que los españoles se mataron por tener ideas diferentes y que unos eran rojos y otros azules. Que ganaron los azules y perdieron los rojos. A mis hijos les intento explicar que en una guerra no gana nadie y que , como en el cuadro de Goya, “Pelea a garrotazos” cuantos más garrotazos se dan más hundidos en el fango quedan ambas partes.




Y en ambos bandos hubo héroes y heroínas, sanguinarios y fratricidas, personajes siniestros y también nobles; y en ambos bandos se cometieron atrocidades. En ambos bandos.

Los extremos por ambos lados son propicios a las caídas libres a la barbarie.

Esto es , sin duda, irrefutable.

Una vez semi despierta la razón , acabado el régimen militar, con el rumbo del país en las manos de los propios ciudadanos, los monstruos fueron cayendo en el hueco profundo del olvido y se zanjaron fronteras y odios . Pero no todos.

Dice Educardo Zaplana que recuperar la memoria histórica es hacer lo mismo que hizo Franco , clasificar a las personas en buenas y malas.

Epi y Blas lo hubieran explicado mejor.


Aún hoy , casi 70 años después de la contienda, hay políticos de renombre que se fotografían , morenos y sonrientes , junto a banderas preconstitucionales mientras se presentan como candidatos de un partido constitucionalmente legal a unas elecciones democráticas y también los hay quienes exigen la radical transformación de la democracia constitucional rubricada por el sucesor nombrado por el dictador hacia una democracia de libertades alzando la tricolor al viento.

De nuevo banderas y colores.

Y a todo esto o mientras tanto, el Gran Promotor ,el Tizor de Terratremol, se viste del color morado de los billetes de quinientos pringando al alcaldable y presunto malversador que hace de su capa un sayo y se pone lo que queda de Alicante por montera, con la razón y la memoria totalmente sedadas, aletargadas, inexistentes.

La memoria no tiene colores. Y no hay una memoria para los vencidos y otra distinta para los vencedores.

La verdad de los hechos es única. Y en tanto la fragilidad de esta soledad también es maleable. Es trabajo nuestro, de los supervivientes, devolver su forma original a una verdad indiscutible. Recobrar la verdad de la memoria.

En el puerto de Alicante se vivió el dramático fin de la guerra civil consúltese el libro de historia que se consulte. Es una verdad inalterable a pesar de que en la historia del puerto de Alicante, contada por él mismo, se de un salto malabar sobre ese episodio.. Y en memoria de este hecho y a pesar de que el Sr. Mario Flores se oponga, debiera en dicho lugar alzarse un recuerdo a tal verdad, recuerdo en forma de paloma de la paz al grito de no más guerras, tal y como solicita legal y justamente la Comisión Cívica.

De allí al Campo de los Almendros que bautizó Max Aub; campo de concentración en el que se acobardó a los últimos supervivientes de uno de los dos bandos.

Es cierto que no hay una sola piedra de aquel terreno que haya olvidado aquellos días. Pero el señor Alcalde , vade retro, dice , con la razón en un profundo sueño, que levantar allí un monumento es volver a despertar viejos odios cuando en realidad es hacer justicia a la memoria de quienes nos lo exigen, nuestros abuelos, tus abuelos, a todos los que cayeron allí, presos del hambre y el horror del cautiverio. Y en la voz de la Comisión Cívica se oyen los llantos de quienes perecieron en aquel campo de almendros.

Sólo se pide un parque , un recuerdo que haga justicia a los miles de alicantinos que allí sufrieron. Nada mas.

El sueño de la memoria produce políticos, o politicastros.

Dentro de las patologías de la memoria las más comunes son las amnesias siendo común que éstas se acompañen de confabulaciones, es decir, completar los espacios vacíos de memoria con recuerdos ficticios o inexactos.”

Para sanar este tipo de amnesia histórica –casi una epidemia política- no hay nada como una paloma de la paz, un parque y un libro.


En España no hay dos españas, hay bastantes más. Por un lado las españas de las banderas y los colores, que son las españas de las sinrazones y los odios, por otro la españa verde del dios dinero a los que les importa un pito el color de quien gobierne mientras el dinero siga cayendo en sus manos , hay una españa indiferente de pan y circo, de McDonalds y fútbol, y , por fin, la de los supervivientes que son los que buscamos la verdad para no volver a caer en la mentira. Los que entendemos que lo único inherente a la clase humana es la libertad de expresión, de ideología, de movimiento, de color, de prensa.

La LIBERTAD es la razón despertada. La JUSTICIA es la memoria recuperada.

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