Echame una mirada

Alicante, la ciudad, no los ciudadanos , que sí muchos, pero sobre todo ella, la ciudad, tiene la esperanza puesta en esta mujer.

Hablo a menudo con ella, con la ciudad, y me cuenta lo que le duelen las heridas, lo que le duele la dejadez , lo que le duele cada arañazo en la piel , lo que le revuelve las entrañas que a costa de sus hijos se enriquezcan unos pocos y , casi con lágrimas en los ojos, ella, la ciudad, me dice que tiene la ilusión puesta en esta mujer.