lunes, 4 de agosto de 2008

Lo que la verdad esconde


Al pobre Daniel , discípulo de Miguel Angel, le cayó la desgracia de que el Papa Pio IV personalmente le encargara tapar con trapos las vergüenzas de los genitales que el Maestro había pintado para el juicio final en la Capilla Sixtina por una hipócrita moral, en un acto loco, inútil, cómico y patético.

El pobre Daniele da Volterra tuvo que soportar que le llamaran por todo aquello “il Braghettone” y que, a pesar de su arte aún hoy se le recuerde como tal. Bastante tenía él con haber violado la obra del maestro.

Despojados por la razón los cuerpos de sus postizas bragas , velos y telas volvió a lucir el original sin alarmar a nadie y sin que el cielo se viniera abajo.

Casi doscientos años más tarde Giovanni Battista Tiepolo pinta la alegoría “La verdad desvelada por el tiempo” que se conserva en la ciudad de Vicenza, representa a “LA VERDAD”, una joven que lleva en una mano un espejo y en la otra un disco del sol, entre los brazos de “el tiempo”, bajo la forma de un anciano que sería el encargado de retirarle el velo que la cubría.

Hermosa alegoría a la que la mayoría de los mortales nos aferramos casi inconscientemente.
Trescientos años después, en la era de la inteligencia artificial –la natural parece que va escaseando- , los ordenadores, la globalización de la cultura y el control de la voluntad mediante la imagen y la publicidad, un libre-pensador pensó , al ver la cara de Berlusconi en Televisión flanqueada por un seno de mujer, que aquello podía debilitar la imagen pública del presidente de manera que , según el subsecretario de la presidencia, Paolo Bonaiuti , el equipo que se ocupa de cuidar la imagen del presidente de la República italiana decidieron contratar a otro Braghettone para taparle el pecho a la susodicha desconocida del cuadro.

Con todo resulta que si el tiempo se debía de encargar de desvelar la verdad, Berlusconi y su equipo a golpe de pincel, control de las voluntades a través del poder de la televisión y la prensa, vuelven a ponerle un velo de mentira a la verdad desnuda.

Gracias a la providencia, no malograron el original sino la copia que cuelga tras la mesa de la sala de conferencias del palacio presidencial aunque me temo que les hubiera dado exactamente lo mismo.

Igual que aquí no vamos todos vestidos de toreros y sevillanas, en Italia no todos comen espaghettis todos los días mientras en camiseta interior de tirantes dormitan a la puerta de su casa en el trastévere ni tienen la cultura del Jaimito, de forma que no han tardado en tildar esta iniciativa de gesto “loco, inútil, cómico y patético”. Quizás antes nadie había caído en que tras la estirada piel del presidente se escondía la verdad.

No hay velo ni braghettone que tape lo que la ley “Salva” dejó al aire, por la que dejaba inmune al presidente y sus allegados ante cualquier delito cometido en Italia hasta antes del 30 de junio de 2002, claro que el Consejo Superior de la Magistratura ya se encargó de aclarar que el sayón que intentó poner Berlusconi sobre la desnuda verdad era totalmente inconstitucional.

1 comentario:

Pau dijo...

La veritat és que és una vergonya el camí cap on va la política actual amb la cultura de l'espectacle. Tot açò comença a paréixer un circ. I si parlem de Berlusconi,...que dir d'ell. L'home del lifting, del control de la informació, del masclisme i els seus tòpics, de l'Italia més "canyí" (es podria dir així??), el que trau els militars al carrer o que vol tractar els inmigrants com a delinqüents...

PD: M'ha agradat eixe símil amb les pintures de la capella sixtina. Salutacions!