jueves, 20 de agosto de 2009

Chau, Miguel

Por el mundo conocido sólo como Miguel Ríos, este que fue el primer camarero granadino nacido con esa predisposición genética para la música que sólo algunos traen debajo del brazo, nos dijo el sábado en Alicante que se jubilaba. Como si uno se pudiera jubilar de genio o de artista.

Desde aquel camarero en Granada hasta el dueño del escenario que se personificó el sábado a la bora de la mar alicantina, pasando por aquel chaval que como si de una premonición se tratara cantó por primera vez el “You are my destiny” de Paul Anka ganando su primer premio musical sólo con dieciséis años , han pasado éxitos y varias vueltas al mundo por carretera a lomos de las corcheas, los vatios y el ritmo, haciéndose amigo de los tonos, de los campos de fútbol abarrotados, de los ruedos repletos y de la vida.

Miguel Ríos Campaña, don Miguel, habla con una dulzura y serenidad propia de las gentes que han alcanzado una madurez a la que pocos llegan tan jóvenes. Don Miguel ,con ese acento de su tierra, que es acento aceituno y compadre de genios, de esa Granada viva bien señalada en el mapa de su vida, nos estrechó la mano y nos dijo en “Todo a pulmón”, “qué difícil se me hace / defender mi ideología / buena o mala ,pero mía,/ tan humana como la contradicción”. Y es que don Miguel, además de músico y compositor es hombre de ley, de esa ley que quiere que nadie olvide, que no quede impune la barbarie cometida por el fascismo, que nadie se olvide de los que murieron y los que siguieron vivos con el alma muerta en país extraño.

Y así, ante más de cinco mil personas, junto al puerto de Alicante, don Miguel, tuvo un recuerdo para todos los que sufrieron muerte, persecución ó exilio, para todos aquellos que llegaron a nuestra ciudad buscando la mar de la salvación cuando la guerra provocada por el golpe de Estado del General Franco sólo dejó como último reducto democrático y de libertad este trozo del mapa que es el puerto de Alicante. Ahí donde debiera recordarse a todos ellos para siempre con la colocación de “La Paloma” de Eusebio Sempere y que, todavía, la jefa de la alcaldía de Alicante niega.

Se le ha dicho por escrito, de palabra y ahora, también, cantando.



La jefa de la alcaldía alicantina tiene razones que la razón no entiende, me decían, pero uno siempre piensa que para la cordura y la justicia siempre hay una oportunidad, quizás, quién sabe, en un juego político-malabar –como cuando la retirada de los títulos a Franco- aparezca doña Sonia prestidigitada en hada madrina de la verdad y nos regale un permiso que, por otro lado, es nuestro por legítimo.

Como diría don Mario Benedetti, otro genio, “chau Miguel” pero no te vayas.

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